Uno es música

Tres etapas, tres líderes y nunca morir.

Pink Floyd, mucho se ha escrito sobre esta banda proveniente de Cambridge Inglaterra, una carrera llena de éxitos que a atravesado varias generaciones de fans en todo el mundo, será por su estilo psicodélico dirán algunos, o por sus tremendas presentaciones en vivo dirán otros, lo cierto es que esta agrupación a pasado por lo menos por 3 etapas muy distintas y marcadas.

¿Qué le pasa a una banda si su cantante, guitarrista y lo más importante, su principal compositor debe abandonarla debido a problemas mentales y drogas ?.

Recordemos que el disco debut de 1967 «The Piper At The Gates Of Dawn» en su inmensa mayoría fueron canciones escritas por Syd Barrett, con un estilo muy ácido, esquizofrénico o loco, muy característico de este músico, que además era la voz principal del grupo. Pero su adicción al LSD le pasó la cuenta, ya no tenía sentido tocar con un vocalista que simplemente no llegaba, y si lo hacía, era para estar errático en todo el show. Pink Floyd, al decidir obviamente no seguir con su líder, entra en una etapa de nuevos desafíos pero, ¿cómo hacerlo si su principal compositor ya no está? Para muchas otras bandas la respuesta es simple: es el fin del proyecto, nunca conseguiremos el mismo nivel, pero en Pink Floyd la historia es otra.

Una vez Barret abandonó la banda y con la ayuda del nuevo vocalista y guitarrista David Gilmour, nace una segunda etapa, «la era Roger Waters», con discos tales como «A saucerful of secrets», «Meddle»,»The dark side of the moon» y «The wall» piedras angulares de la carrera de esta banda. Si un día se pensaba que luego de la salida de su primer compositor y cantante la banda estaba muerta, nadie pensó no solamente que la banda seguiría, si no que además, conseguiría por lejos su mejor y más fructífera etapa, esta vez más conceptual con marcadas críticas hacia la sociedad y menos ácida que la era Barret.

Canciones como «Another brick in the wall», «Wish you were here» (dedicada a Syd Barret), «Shine on you crazy diamonds», «Time», «Money» marcan este estilo, con giras enormes y gran presentación escénica, como la gira del álbum «The Wall» donde al final de cada show se destruía un muro gigante o la recordada grabación en vivo en las famosas Ruinas de Pompeya.

Pero, no todo en la banda iba muy bien a comienzos de la década de los 80s y tras «The final cut», que para muchos es un disco continuador del anterior, Waters abandonó la banda y Pink Floyd vuelve a hacerse la misma pregunta tras la salida de su primer líder: ¿Cómo podemos seguir sin el principal compositor ?

La banda decide seguir, iniciando una nueva etapa: «la era Gilmour», porque es él quien toma las riendas y se transforma de ser un músico más, a ser el principal y nuevo líder. Y a pesar de lo que muchos pensarían en esa época, logró darle un nuevo estilo y mantener el buen nivel de la banda. Se graban discos como «A momentary lapse of reason» y «The division bell» que sumados a grandes conciertos, solos de guitarra, y con videos promocionales conceptuales se convergen en un disco histórico en vivo llamado «Pulse» (1995).

Siempre es tiempo para reinventarse, pero mantenerlo a muy buen nivel es una de las principales características de esta banda, que nunca decidió morir.